Septiembre es un mes difícil para los recién graduados universitarios. Tras finalizar la carrera de Psicología y tomarse un merecido descanso, llega el momento de decidir qué camino emprender de ahora en adelante.
A lo largo de la carrera, o incluso antes, la mayoría de los estudiantes de Psicología se informan sobre las salidas profesionales existentes y empiezan a pensar en cuál será la más adecuada para poder cumplir sus expectativas profesionales, formativas o retributivas.
Algunos de ellos tienen claro el camino desde sus primeros pasos en la universidad, mientras que otros siguen completamente indecisos tras acabar el Grado y convertirse en psicólogas y psicólogos.
También hay quien lo tenía muy claro al inicio, pero a lo largo de la carrera ha oído hablar de otras salidas profesionales disponibles dentro del ámbito de la Psicología y ahora opta por una vía diferente a la inicial.
Es completamente lícito cambiar de opinión, como también lo es mantenerse firme en la idea original, pese a conocer las dificultades que traerá consigo esta salida profesional.
Uno de los grandes desaciertos de la formación universitaria es que se habla muy poco del examen PIR y la formación en el Sistema Nacional de Salud (SNS), y las pocas ocasiones en que se hace son para desalentar ese camino y promover otros en los que la universidad tiene claros intereses económicos (como por ejemplo el MUPGS).
Tipos de profesionales dentro del campo de la Psicología
Ejercer la psicología clínica y tratar a pacientes es una de las motivaciones principales del alumnado de psicología. Sin embargo, en ocasiones la información que se da a los estudiantes sobre el camino que deben seguir para conseguirlo no siempre es completa o puede ser confusa.
Este artículo pretende clarificar algunas de las principales salidas profesionales que tienen que ver con la asistencia a pacientes.
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Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (PEPC)
La Psicología Clínica se centra en la investigación, explicación, comprensión, prevención, evaluación, diagnóstico, tratamiento y rehabilitación de los trastornos mentales, así como de los fenómenos y procesos psicológicos, comportamentales, y relacionales que inciden en la salud y la enfermedad de las personas.
El título Oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica se creó en diciembre de 1998 mediante la aprobación del Real Decreto 2490/1998. Este decreto dictamina que este título se obtiene realizando la formación sanitaria especializada ocupando una plaza de Psicólogo interno residente (PIR) o por un proceso de solicitud, de acuerdo con lo previsto en las disposiciones transitorias, para quienes ejercían antes de la creación del mismo.
En paralelo, la Ley 33/2011, del 4 de octubre, General de Salud Pública” detalla que “los psicólogos que desarrollen su actividad en centros, establecimientos y servicios del Sistema Nacional de Salud o concertados con él, para hacer efectivas las prestaciones sanitarias derivadas de la cartera de servicios comunes del mismo que correspondan a dichos profesionales, deberán estar en posesión del título oficial de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica”.
Como anuncian estos archivos legales, la Psicología Clínica es la única especialidad de psicología reconocida en el Sistema Nacional de Salud (SNS). Es por ello que reservamos el término “especialista” a quien, mediante el examen PIR y la residencia de 4 años, obtiene el título de Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (PEPC).
Una vez se dispone del título de Especialista en Psicología Clínica, es habitual continuar con la formación en otras áreas más específicas. Algunas de las principales áreas en las que podemos seguir formándonos son:
- Psicología clínica infanto-juvenil
- Neuropsicología clínica
- Psicología clínica de la salud (área que comprende especialidades como los cuidados paliativos y la psicooncología).
- Entre otras áreas.
En la actualidad, la única forma de convertirse en Psicólogo Especialista en Psicología Clínica (PEPC) es a través del sistema de Formación Sanitaria Especializada (FSE) de la Sanidad Pública.
Paralelamente, la única vía para poder realizar la FSE es superar un examen de acceso y conseguir una de las plazas PIR (Psicólogo Interno Residente) ofertadas por el Ministerio de Sanidad.
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Psicólogo General Sanitario (PGS)
La definición y competencias de los Psicólogos Generales Sanitarios siempre ha generado mucha polémica y conflictos en la profesión, y confusión entre los profesionales.
El marco legal que regula la figura del PGS en España es Ley 33/2011, de 4 de octubre, General de Salud Pública y la Ley 44/2003, de 21 de noviembre, de Ordenación de las Profesiones Sanitarias, las cuales afirman que la principal función de este profesional es la prevención y promoción de la salud. Todo ello siempre y cuando estas actividades no requieran una atención especializada por parte de otros profesionales sanitarios.
Para ejercer como PGS es necesario realizar el Máster Oficial en Psicología General Sanitaria (PGS).
Controversia alrededor de la titulación de PGS
En la actualidad, la falta de PEPC ha dado pie a que en algunos centros de salud se contrate a PGS para realizar tareas de intervención y tratamiento, generando confusión respecto a las competencias entre ambos profesionales.
Aunque a día de hoy muchos PGS están trabajando en la Sanidad Pública -como es el caso de los “Referentes de Bienestar Emocional” o REBEC en Cataluña-, no puede afirmarse que ambas figuras sean semejantes. Tampoco puede presuponerse que tengan las mismas competencias profesionales.
La legislación es clara: a día de hoy los únicos psicólogos que pueden diagnosticar, tratar y ejercer en la sanidad pública son los Psicólogos Especialistas en Psicología Clínica (PEPC).
Si se desea profundizar en las competencias de ambos profesionales, se puede consultar la legislación actual en http://wikipersever.es/.
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Psicólogo Educativo
La psicología siempre se ha interesado por cómo aprenden o se desarrollan los seres humanos, en especial, durante la infancia y la adolescencia.
En España, el artículo 3 de la Ley 29719, también conocida como “Ley contra el Bullying”, prescribe taxativamente la obligación de que cada centro educativo cuente, por lo menos, con un profesional de la psicología “encargado de la prevención y el tratamiento de los casos de acoso y de violencia entre los alumnos”.
Estos psicólogos pueden ayudar, por ejemplo, a establecer mecanismos, pautas y planes específicos para prevenir, evitar, sancionar y erradicar el hostigamiento entre el alumnado. También pueden intervenir para paliar las dificultades de aprendizaje que presentan algunos estudiantes.
Además del Grado en Psicología, para ejercer como psicólogo educativo se recomienda completar la formación con un doctorado o con un master o postgrado en este campo, como, por ejemplo, un Máster en Psicopedagogía, Educación o Educación Especial.
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Psicólogo Organizacional
Estos profesionales trabajan conjuntamente con el departamento de Recursos Humanos o Personas de las organizaciones brindando apoyo a la selección de personal, la formación e incluso, en algunos casos, colaborando en la prevención de riesgos laborales.
Además, también pueden colaborar en la elaboración de planes, pautas y mecanismos relacionados con la salud mental, el acoso laboral o la discriminación por razón de etnia, género u orientación sexual en el ámbito de trabajo.
El objetivo del psicólogo organizacional u ocupacional es mejorar la conducta del individuo que pertenece a una organización y, al mismo tiempo, favorecer su bienestar vital y emocional dentro de la empresa.
Para ser psicólogo organizacional es necesario cursar el Grado de Psicología, y es recomendable realizar un máster o postgrado en Psicología de las Organizaciones y del Trabajo.
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Psicólogo Social y Comunitario
El trabajo de este psicólogo está centrado en la comprensión de la relación entre la persona y su contexto.
Es decir, este profesional estudia los factores psicosociales que intervienen en el desarrollo y progreso de los individuos en un contexto social, y en las relaciones entre individuo-grupo y social-ambiente.
Este tipo de psicólogo suele estar vinculado a la intervención comunitaria, casos de violencia de género, adolescencia (orientación sexual, adiciones tempranas, etc.), o en la familia y los menores. Además, el Psicólogo Social y Comunitario también puede dedicarse al campo de la investigación.
La formación necesaria para trabajar como Psicólogo Social o comunitario es cursar el Grado en Psicología. Se recomienda realizar un máster o un postgrado de Psicología Social.
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Psicoterapeuta
La mayoría de personas asocian la figura del psicólogo a este rol.
Es un profesional que ayuda a las personas a afrontar problemas psicológicos y emocionales que derivan en situaciones de ansiedad, fobias, angustias u otro tipo de trastornos, a través de la terapia.
El psicoterapeuta evalúa el estado de salud mental de su paciente y establece un espacio ideal para el diálogo. Todo ello con el objetivo de ayudarle a reflexionar y averiguar qué es lo que le ocurre a nivel emocional.
Este también facilita al paciente una restructuración cognitiva y de hábitos que le permita mejorar su calidad de vida y la de sus relaciones interpersonales.
En la actualidad, la profesión de psicoterapeuta no está correctamente regulada en España. Se trata de una de las áreas en las que tiene lugar más intrusismo laboral, es decir, hoy en día es posible encontrar profesionales no cualificados, ejerciendo la psicoterapia. Precisamente por ello, existen múltiples iniciativas enfocadas a regular este ejercicio.
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Psicólogo deportivo
Se trata de una salida profesional del ámbito de la Psicología en auge y bastante valorada entre los psicólogos.
Se enfoca en el comportamiento y la atención psicológica en el ámbito de la actividad física y el deporte. Analiza, estudia y evalúa los procesos cognitivos, emocionales y conductuales en el contexto del entrenamiento físico y la competición, para así comprender cómo influyen en el rendimiento del deportista.
Estos profesionales trabajan la mayor parte del tiempo en consultas y clínicas privadas, pero también se desplazan al lugar donde entrenan los deportistas para brindarles asesoramiento en caso de que sea necesario.
Para ser psicólogo deportivo es necesario disponer del Grado en Psicología. Posteriormente, se recomienda realizar un grado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte o alguna formación de master o posgrado en Psicología del Deporte.
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Psicólogo forense
Este profesional ejerce como un asesor o técnico al servicio de la Justicia en aquellas cuestiones relacionadas con la psicología criminal que requieren de una aclaración o de una opinión experta.
Por lo tanto, el psicólogo forense evalúa problemas y trastornos conductuales, emocionales y psicológicos. Además, ayuda a definir los perfiles delictivos y a establecer una responsabilidad penal en base a su estado de salud mental.
Un psicólogo forense penal, por ejemplo, suele trabajar en clínicas médico-forenses que colaboran con los juzgados y se encargan específicamente de la evaluación psicológica tanto del agresor, como de las víctimas.
Para poder ser psicólogo forense es fundamental estudiar el Grado de Psicología y formarse en Derecho. Así mismo, es necesario cursar un máster en Psicología legal y forense.
Finalmente, además de todas estas salidas profesionales vinculadas con la asistencia y la intervención psicológica, como sucede en cualquier otra disciplina académica que no sea necesariamente del ámbito de la salud, los recién graduados pueden optar por dedicarse a la investigación o la docencia.
Para realizar de forma efectiva estas dos últimas salidas profesionales se recomienda a los psicólogos seguir formándose o realizar un doctorado. La formación continua, especializada y al detalle es fundamental tanto para encontrar nuevo conocimiento, como para transmitirlo.
¿Te gustaría ejercer como psicólogo en la Sanidad Pública, pero tienes dudas sobre cómo conseguirlo? Escríbenos a persever@persever.es o llama al teléfono 932 05 47 10 de lunes a viernes, de 16:30h a 20:00h, y te ayudaremos.